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En relación a la alimentación de estos animales, es muy importante tener en cuenta que el crecimiento que tienen los primeros años es brutal, los requerimientos de calcio son muy altos, con lo que es necesario aportar con frecuencia calcio en polvo a la alimentación, es bueno echarles también huesos de jibia, se la comen con avidez, sobre todo cuando cogen más tamaño. Esta alimentación debe ser pobre en proteínas, ya que de lo contrario empiezan a crecer desproporcionadas y el piramidismo que adquieren es algo que posteriormente no se puede corregir y queda para toda la vida. Es muy normal que en esta especie encontremos un poco de piramidismo en animales adultos, porque es muy difícil controlar totalmente la alimentación de los animales en el tiempo en el que se van desarrollando y los requerimientos dentro de su crecimiento en cada momento.


En los animales en libertad se aprecia esto mismo, algunos son totalmente lisos pero otros tienen ondulaciones en el caparazón que recuerdan esto que digo y son más los casos en los que se encuentran restos de piramización que los que están completamente lisos. He podido comprobar cómo el caparazón liso también viene dado un poco desde pequeña ya que hay crías y juveniles en las que se puede apreciar un caparazón completamente abombado y liso y en otras no, siendo estas últimas mucho más abundantes. Así que cuando me he encontrado gente que ha visto mis giganteas o fotos de ellas y me ha dicho que estaban piramizadas algunas de ellas, los comentarios al respecto y el debate que automáticamente ha surgido ha sido interminable y finalmente nadie ha dado su brazo a torcer en cuanto a lo tolerable o anormal en la piramización de las giganteas.


La mejor alimentación que se les puede dar a estos animales es básicamente pasto, césped verde, hierba fresca. Pero ojo, se lo comen prácticamente todo, verduras, frutas, hortalizas, incluso hasta un mirlo muerto que se cayó de un tejado de al lado de mi casa a su recinto. Son estrictamente vegetarianas, aunque no desprecien carroña de vez en cuando, sus estómagos están preparados para digerir especialmente la fibra, todo lo que se pueda aportar rico en fibra será bien agradecido y devorado, las palas de chumbera son suculentas, aloe vera, plantas carnosas, plantas de matorral, etc, con la precaución de quitar los pinchos que rodean a muchas de ellas, que sinceramente, cuando por el motivo que sea me han trincado alguna con pinchos se la han comido igualmente, pero prefiero evitar sustos y quedarme tranquilo cuando se las comen libres de ellos. La alimentación en cautividad viendo el planteamiento que he hecho se puede plantear como un problema o una ventaja en función de dónde viva cada uno, problema porque comen mucho, más lógicamente cuando van creciendo y esto provoca que la necesidad de hierba o pasto sea alta, si uno tiene hectáreas o miles de metros no hay problema, pero cuando no es así sí que se plantea esto como un problema, ventaja porque la alimentación en este aspecto es muy barata si se dispone del espacio necesario. Esto es perfectamente solucionable, máxime cuando además por cuestiones del clima hay ciertos momentos del año en el que no disponemos de hierba fresca a nuestro alcance. Yo lo he solucionado con un pienso bajo en proteínas que se vende para caballos el cual viene desecado en pellets y que se conserva muy bien en seco, cuando lo utilizamos lo mojo con agua, previamente le rocío un poco de calcio, y cuando absorbe el agua absorbe también el calcio, estos pellets se abren con la humedad aumentando de tamaño se convierten en hierba seca, húmeda y apetecible para las tortugas.


Esta alimentación se complementa en invierno con la base de su cama, que se la acaban comiendo poco a poco formada por alpacas de avena, paja como diríamos cualquiera, y con lechugas y escarolas un par de veces a la semana. Siempre que puedo les doy escarolas salvajes, cuando llega la época las compro por cajas y procuro que lleven todas sus hojas verdes, esto ya lo tengo hablado con el frutero que me las suministra que llama a mi mujer “la de las tortugas”. En la mesa de nuestras casas no se consume tanto como las lechugas, lo cual resultaría más normal comprar en cantidades. La escarola es un alimento que tiene un ratio calcio fósforo muy adecuado para que las tortugas asimilen bien el calcio. A todas las tortugas, y digo a todas y no conozco aún una que no, les encantan las escarolas, las devoran. La encuentras en las grandes superficies en bolsas pero lo que tienen normalmente son los corazones, la escarola rizada, que también es muy buena claro, pero que no tienen lo mejor para nuestras tortugas, que es todo lo verde.

Canónigos, endivia, tomate y achicoria, son base también de la dieta de mis tortugas, pero no tan frecuente ya que el precio en proporción a la cantidad necesaria es alto.

La fruta, hortalizas, etc., se lo suministro de vez en cuando. Plátanos, manzana, pera, melón, sandía, fresas, calabaza, calabacín, zanahoria, pimientos rojos y verdes, champiñones, etc., un par de veces al mes o tres. Evito siempre berros, acelgas y espinacas, o se las doy de muy de vez en cuando, les provoca diarreas y ligereza en las heces en el mejor de los casos aparte de que el ácido oxálico no es muy bueno que digamos para estos animales (y para la mayoría de las tortugas), el ácido oxálico está presente en almendras, soja, cacao, espinacas y acelgas, se une al calcio de esos alimentos, y forman un compuesto muy difícil de ser absorbido por el intestino. La absorción de calcio de otros alimentos que sean consumidos en la misma comida no se verá afectada. Estos alimentos que contienen ácido oxálico resultan perjudiciales, siempre y cuando su consumo se realice en cantidades elevadas. Tampoco suelen sentarle bien ni el apio, ni las coles en general.


En cuanto a las hojas, como también a casi todas las tortugas, les encanta la hoja de la morera, planté en casa el año pasado una, para poder tener hojas cerca, pero se comerían el árbol entero si lo tuvieran a su alcance. Esta hoja es rica en calcio y la comen con sumo gusto, incluso si la hoja está seca, he visto como la mayoría de mis tortugas la comen. La hoja de la madreselva también la comen con mucho gusto casi todas las tortugas, la hoja de la parra, el diente de león, las cerrajas, etc., al igual que las testudo mediterráneas, son alimentos muy importantes que cada vez que podamos deberíamos suministrarles.

Alimentos en general ricos en agua les provocarán una defecación blanda y pastosa mientras que cuando son ricos en fibra, tendrán una consistencia compacta. En ambos casos hemos de ser conscientes del tamaño de las heces del animal con el tiempo y su composición, porque hemos de tener claro antes de adquirir un animal de este porte que el ambiente de campo nos debe gustar ya que son similares a las especies de pastoreo en mamíferos.

Mantener una tortuga de este calibre en cautividad requiere de espacio suficiente para que el animal no se encuentre condenado a un habitáculo reducido. Es inviable mantener una gigantea en un piso, no hay sitio a medio y largo plazo para este animal en un terrario, incluso si tuviéramos una terraza enorme, tenemos que pensar que un animal de estos requiere de movimiento amplio en un futuro. Cuando adquirimos un animal juvenil o cría pequeña nos vemos cegados por su belleza, por la ternura que despierta el animal en nosotros y no vemos lo que puede ocurrir pasados unos diez años, cuando el peso del animal esté en torno a 30 – 40 kilos y siga cogiendo peso y tamaño con el paso del tiempo.

Es la tortuga más grande del mundo, de 100 a 250 kilos de peso pueden alcanzar estos animales, de uno a dos metros casi de tamaño, y además con una potencia y una fuerza tremendas, por algo se les llamaba elephantinas, y es el que el tamaño, la forma y la fuerza de sus patas recuerdan a un elefante, es brutal como tiran mis animales, los que tienen de 10 a 15 kilos ya me rompen cercados de madera bajos que les puse para que estuvieran separados de las radiatas y de las carbonarias (procuro no mezclar especies siempre que puedo). Estar en medio de unas 60 tortugas de unos 120 a 200 kilos de peso y ver como se mueven, se empiezan a apretar entre ellas y tú en medio, asusta un poco porque piensas en tus piernas como si fueran puré en un momento dado…


Yo creo que para mantener un animal de estas características es al menos necesario un patio con unos 50 metros cuadrados y los primeros 20 – 30 años puede vivir sin demasiados ahogos, necesitará zonas de sombra para el verano, necesitará una caseta con calefacción para el invierno, agua cerca siempre para bañarse o bien por aspersión con riego, beben mucha agua.

En mi caso, mantengo unos diez ejemplares, juveniles todos, los tengo fuera desde Mayo hasta Noviembre, tengo fuera en el jardín una caseta de madera construida por mí, en el interior puse una placa calorífica enchufada a un termostato, este termostato salta cuando la temperatura baja de unos 17º, cosa que solo ocurre por la noche en ciertos meses como mayo o de septiembre a octubre, durante el día les dejo las puertas abiertas y las cortinas, por la noche les bajo la cortina hacia abajo por si baja la temperatura que se conserve el calor sin necesidad de que la placa esté continuamente calentando.


No debemos dejar que estos animales estén por debajo de esa temperatura, tenemos que tener presente que no hibernan como las mediterráneas, y el frío no lo llevan muy bien, es necesario tener siempre esto presente. Es curioso, en mayo, por la mañana donde vivo la temperatura a primera hora puede estar en torno a los 9 – 10º, no tienen necesidad de salir de su caseta puesto que la temperatura dentro se mantiene bien, sin embargo, hay dos o tres que como auténticas campeonas se salen para fuera, directamente a las 8 de la mañana se van a buscar el sitio donde ellas saben que vendrán los primeros rayos de sol y se tumban pacientemente a que les den los rayos que saldrán de entre las casas de mis vecinos que provocan que estos rayos lleguen un poco más tarde al patio, después coinciden con que son las más extrovertidas, las que tienen una “personalidad” más fuerte, ya que suelen ser las primeras en todo, las que rompen todos los cercados para salir, las que primero llegan a la comida y las que siempre buscan el protagonismo. Cuando la temperatura en pocas horas se sitúa en torno a los 25-27 grados en esa fecha, están a tope, súper activas, es su temperatura ideal. Pasan los meses, el calor es más fuerte, al medio día empiezan a buscar refugios de sombra, cuando ha habido meses que la temperatura ha sido muy alta, he visto como algún ejemplar, sobre todo cuando son más pequeños, estivaban prácticamente todo el día, al principio yo me he asustado al ver la inactividad de los animales, el alivio ha venido cuando les he proporcionado ambientes más frescos y se han activado a los pocos días y recuperado la normalidad.


Es muy importante proporcionar ambientes en los que sean capaces de regular su temperatura, un mal golpe de calor en animales pequeños puede ser fatal. Por las tardes, sobre las cinco o las seis de la tarde empieza a bajar un poco la temperatura, entonces vuelven a ponerse en marcha, dan sus últimos paseos y en torno a las siete de la tarde empiezan a desfilar la mayoría a su caseta en fila india y hasta mañana. Esta caseta tiene un suelo de madera y está cubierta de paja de avena, es necesario renovarla y cambiarla una o dos veces al mes puesto que se hacen sus cosas dentro igual que fuera y si no se mantiene una correcta higiene, empiezan a proliferar ácaros, mosquitos y bichos de todo tipo.

El invierno lo pasan dentro ya que la situación geográfica que tengo no permite temperaturas agradables en invierno. Para ello tengo habilitado en un lateral de mi casa un cuarto para mis animales, a ellas les tengo reservado un espacio de aproximadamente 12 metros cuadrados, en una parte tengo puesto un tablón de madera con paja de avena que hace de cama en la que ellas solas se meten a dormir por la noche, pegada a esta zona tengo un radiador que saqué de la caldera de calefacción de la casa, esto hace que por la noche la temperatura no me baje de 16-18º del cuarto, por el día tengo colocados dos focos con dos bombillas de 125 W cada una que dan calor y UVA-B, ellas salen automáticamente cuando se encienden las bombillas, se colocan debajo y quedan ahí hasta que cogen temperatura y se activan, la temperatura que se alcanza debajo de los focos está en torno a los 30 – 32º C. En este cuarto están desde noviembre hasta abril – mayo aproximadamente que es cuando vuelven al jardín. Previo a estos meses, en ocasiones cuando el tiempo y la temperatura lo permiten las saco para que tomen el sol, que es el principal motor de nuestros animales, lo que hace que todo se reactive, se cure o se ponga a funcionar perfectamente. Este cuarto de invierno tiene un suelo de cemento y piedra, un poco en pendiente con un desagüe, de manera que la manguera es necesario pasarla al menos dos o tres veces por semana, y de paso un regado a los caparazones que hace que se mantengan sanos y vayan abriéndose a ese crecimiento de forma uniforme. Agua siempre disponible en bebederos y comida todos los días a base de las raciones dichas antes.

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